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Dios mío, mi alma está en mí abatida:

Acordaréme por tanto de ti desde tierra del Jordán,

Y de los Hermonitas, desde el monte de Mizhar.

Un abismo llama á otro á la voz de tus canales:

Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

De día mandará Jehová su misericordia,

Y de noche su canción será conmigo,

Y oración al Dios de mi vida.

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